Luego de tres meses de campeonato entre hijos, yernos viñaquinos, concluyó el campeonato futsal en Wiñaccancha. Con alegría para un equipo y nostalgia para otros. El equipo campeón de esta temporada fue Santiago de Viñac, auspiciado por los hermanos Madueño Auris. Se impusieron a los once equipos restantes.
Este campeonato acogió a la nueva hornada de viñaquinos, quienes sin este campeonato no se acercarían a este local. Pareciera que se necesita más campeonatos para unir familias y se hagan presente, no solo la familia Chulluncuy, la familia Rojas, la familia García, la Familia Evangelista, la familia Huari, o los dos equipos de Ayñucay, o de Pirhuáyoc, o de Tambopata.
Menciona aparte merece el árbitro Roger Rojas, quien con una responsabilidad social y un compromiso por sus raíces viñaquinas, asiste a enseñar este nuevo deporte a cada futbolista, que, a veces, prepotentes quieren imponer sus rudas costumbres en la cancha.
Asimismo, el secretario de deportes Evangelsita Quispe, joven empresario, se puso al hombro esta responsabilidad e infaltable domingo a domingo se sentó en la mesa de control para dirigir el campeonato. "No hay camino, camino se hace al andar", eso es lo que podemos decir de Hurtado que, primero averiguando y solicitando consejos, invitando a cuantos viñaquinos con pinta de futbolista, inició este trabajo. Tal vez, él haya sido el imán que atrajo a los jóvenes, no solo varones sino a las barristas mujeres -no porristas- que cada gol de sus equipos festejaron, con ellos las mascotas identificando a sus equipos.
Felicitaciones a estos jóvenes y que la obra no quede allí, aunque requiere mucho tiempo, se debe promover más campeonatos.
  |
| Equipo de la familia Chulluncuy, protagonista en este campeonato. |
