A Víñac y gente que ama a Víñac


miércoles, 18 de septiembre de 2013

¡Felicitaciones!, Doctor Desiderio Evangelista

Recuerdo de niño, cuando oía a mi abuelo Julián. Decía él, pronto habrá en Viñac un doctor. "El Centro de Salud empezará a atender" y los doctores estarán vestidos de camisa blanca, completaba alguiern el comentario. Con el término "doctor" se refería a un médico. Asimismo, escuchaba palabras de reverencia y alusiones de doctor hacia un abogado. El doctor X solucionará el problema limítrofe con Huancavelica y era un abogado. El susodicho llegaba a paso de ganzo, con corbata y un terno. Así de confundido aprendí que doctor era un médico o un abogado.

Ya en la universidad, mis maestros me explicaron que en la vida académica había grados. Estos eran primero: bachiller, segundo: magister o master, tercero: doctor y último: Ph D. Aprendí que no era necesario andar a paso altanero, de blanco o con corbata. Estos grados correspondían al esfuerzo intelectual, más allá de una profesión. Entendí que el estudio no concluía con una profesión.

Al venir de Víñac a Lima, más exactamente de Tambopata, nuestro reto era estudiar. Sonaba demasiada ilusión querer estudiar en la Universidad, por nuestra condición de provincianos. Con dedicación y esfuerzo, convertimos en realidad esa ilusión y casi toda la familia ingresó a universidades nacionales, por los rigurosos exámenes de admisión. Adelante iba, nuestro maestro y guía, Desiderio Evangelista  abriendo caminos: primero ingresando; luego, sacando bachilleratos y licenciaturas, luego maestría en Lingüísitica. Siempre ha puesto nuevos retos.

Una vez más, para nosotros, ha alargado el reto y la meta en este mes de setiembre de  2013. Ha conquistado el señor Desiderio Evangelista Huari y nada menos que en la Universidad Decana de América, Universidad Nacional Mayor de San Marcos el grado de DOCTOR. El 16 de setiembre es una fecha histórica porque a las doce del día sustentó su tesis doctoral y se convirtió en el primer doctor de Lingüística de los egresados de la UNMSM, un récord en la misma casa de estudio, el primer doctor para mi pueblo de Tambopata, incluso para Viñac, en estas últimas décadas.

Felicitaciones a usted Doctor Desiderio Evangelista. Siga poniendo las metas más allá del conformismo.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Bailando el Tayta shanti

En la última octava del Patrón Santiago, llegué con la esperanza de bailar el Tayta shanty. Incluso pacté con una aficionada a este baile. Ella me prometió ir con su ojota. Yo le pedí que viniese con polleras, una vestimenta costosa pero hermosa. Así quedamos unas semanas antes.

El día de la fiesta llegué cerca a las doce. En la boletería, los cajeros me lanzaron algunas frases de sorpresa. No me dieron el vuelto al momento y pensé que la entrada era elevada. En fín, pasé y me alcanzaron el vuelto de manera particular. Vi el escenario de la orquesta y no estaba un solo músico. Solo los parlantes reproducían alguna música. Caminé hacia la derecha y encontré a señoras durmiendo. Cerca  a la esquina encontré a la pareja pactada que, también, dormía recostada a los hombros de su madre. No sé si ya había bailado el Tayta shanty o soñaba con el Tayta shanty. La tuve que despertar para darle el buenos días.

Los amigos bebían su cerveza en grupos de tres o más. Un locutor con micrófono y voz chillona anunciaba la presencia de bailarinas. Los músicos, entre tanto, muy apoltronados descansaban en la banca de metal. Bailaron los invitados. ¿Y el Tayta Shanty no se oía? Pasó dos horas y la invitada se retira con la esperanza de bailar, mientras yo muevo mi humanidad de un lado a otro. No hubo Tayta Shanty. Tal vez, sea en otro momento. ¡Qué importa! Al fin no sé cómo se baila el Tayta Shanty.

Viñac

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