A Víñac y gente que ama a Víñac


lunes, 9 de septiembre de 2013

Bailando el Tayta shanti

En la última octava del Patrón Santiago, llegué con la esperanza de bailar el Tayta shanty. Incluso pacté con una aficionada a este baile. Ella me prometió ir con su ojota. Yo le pedí que viniese con polleras, una vestimenta costosa pero hermosa. Así quedamos unas semanas antes.

El día de la fiesta llegué cerca a las doce. En la boletería, los cajeros me lanzaron algunas frases de sorpresa. No me dieron el vuelto al momento y pensé que la entrada era elevada. En fín, pasé y me alcanzaron el vuelto de manera particular. Vi el escenario de la orquesta y no estaba un solo músico. Solo los parlantes reproducían alguna música. Caminé hacia la derecha y encontré a señoras durmiendo. Cerca  a la esquina encontré a la pareja pactada que, también, dormía recostada a los hombros de su madre. No sé si ya había bailado el Tayta shanty o soñaba con el Tayta shanty. La tuve que despertar para darle el buenos días.

Los amigos bebían su cerveza en grupos de tres o más. Un locutor con micrófono y voz chillona anunciaba la presencia de bailarinas. Los músicos, entre tanto, muy apoltronados descansaban en la banca de metal. Bailaron los invitados. ¿Y el Tayta Shanty no se oía? Pasó dos horas y la invitada se retira con la esperanza de bailar, mientras yo muevo mi humanidad de un lado a otro. No hubo Tayta Shanty. Tal vez, sea en otro momento. ¡Qué importa! Al fin no sé cómo se baila el Tayta Shanty.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Viñac

Textos Animados en MuchoGrafico.comTextos Animados en MuchoGrafico.comTextos Animados en MuchoGrafico.comTextos Animados en MuchoGrafico.comTextos Animados en MuchoGrafico.com

La herranza, una fiesta para el encuentro entre el hombre y el animal

Paseo por las nubes