Tambopata

Y otra vez, aquí estoy, a veces ausente,
 perdido en esta maraña olvidando
el recuerdo que no debo ignorar.
 Permítame hablar de mi madre

No soy más que el furor del camino que nació en tu pecho
y recorro el cuerpo de mi pueblo
como mala sangre
y aunque tenga la palidez de un árbol
arrancado por un río
soy solo la proyección rebelde de tus manos
Esta ciudad se detiene como un corazón
y yo te estoy escribiendo, madre,
tienes un hijo que se parece a una mentira,
recordando tu tiempo dócil
cuando tus manos eran ramas
que cogían pájaros del cielo
y porque estas calles son largas y sucias
como los cabellos de la Lorenza
me enredo como un canto en la boca de los ebrios

Qué puedo decir ahora
Cuando tú estás mirando el camino por donde me vive
y yo ya no soy el viento de las doce

Qué puedo hacer
Sino sacarme los zapatos en un parque
para oírte llegar

Qué puedo decir
sino confesar que la historia de mi pueblo se llamaTambopata
venía de Orconqueñua y bebía agua de Oranquillka
y que la yerba que muerde el ganado
servía también para el cielo de las chozas

Ahora lejos de ese aire enredado de vuelos y mugidos
me ahogo en esta corriente que no me dijiste
pero sin embargo tú eres, madre,
la orilla que se acerca a mi cuerpo cansado