El
conocimiento íntimo de los individuos le abrió la puerta a una
nueva forma de gerenciamiento político de las sociedades. Breve
semblanza del Totalitarismo 2.0.
Un
nuevo paradigma de conocimiento y manipulación de la sociedad emerge
de la formidable concentración de datos y recursos que acumulan las
redes informáticas. Las aplicaciones interactivas, plataformas de
redes sociales, telefonía móvil e inteligencia artificial colectan
cada día millones de datos personales y dominan cada vez más la
vida de la gente. Cinco corporaciones planetarias que hunden sus raices en el corazon del sistema financiero mundial lo saben todos sobre nosotros.
El
conocimiento íntimo de los individuos, el control en tiempo real de
sus desplazamientos y consumos, pensamientos y emociones, le abre la
puerta a una nueva forma de gerenciamiento político de las
sociedades.
Totalitarismo
2.0 puede
ser un nombre apropiado: el ciudadano depende de las redes de
servicios para casi todas sus operaciones vitales, es sujeto de un
espionaje cibernético permanente y crea su idea del mundo en la
burbuja perceptual del sistema. El poder puede aspirar a un control
total de su vida. Y —a través de la manipulación, el chantaje o
el crimen contra personajes influyentes— de la entera sociedad.
"No
hay que ser paranoico, sino consciente de que compartimos muchos
datos en la web"
Cómo Internet está matando la democracia
José
María Espona en "Totalitarismo Tecnológico Versión 2.0: Por
qué el avance tecnológico y la crisis financiera nos lleva
inevitablemente al Totalitarismo" advierte que se está
configurando una
dictadura
electrónica sin precedentes, un
sistema controlado por una minoría capaz de manipular la mecánica
de los partidos políticos, de los grandes medios de comunicación,
cambiar la legislación y utilizar el propio aparato del Estado de
Derecho. Espona denomina "tiranía bancaria" a este régimen
disfrazado de "democracia".
Jaime
Barlett que
estudia la relación entre nuevas tecnologias
y democracia,
en su libro "El
pueblo versus la tecnología: cómo internet está matando la
democracia",
pronostica que si la política no impone su autoridad sobre el mundo
digital, la tecnología destruirá la democracia y el orden social
tal como los conocemos.
Por
el momento, mientras se demora un marco normativo que detenga su
concentración en manos privadas, los poderes que dominan la
tecnología están ganando muchas batallas políticas con aplastante
superioridad. Sociedades enteras están siendo capturadas,
teledirigidas, heterodeterminadas por una sofisticada coordinación
de dispositivos. Un puñado de programadores está imponiendo una
nueva forma de control social a escala planetaria.
América
Latina es un territorio vulnerable. Países como Argentina, Brasil y
Ecuador son laboratorios avanzados de la tendencia, donde bajo el
ropaje formal de la democracia se va consolidando un nuevo modelo de
gestión política. Aquí el algoritmo secuestró a la democracia.
Aquí se impuso el Totalitarismo 2.0. ¿Cuáles son sus
características, sus patrones más visibles?
Tendencias del Totalitarismo 2.0
El
poder colonial se deslocaliza y se invisibiliza.
Décadas
atrás, las estrategias de dominación colonial eran manifiestas y
visibles. El Imperialismo industrial, de violencia explícita, hería
sentimientos nacionales y provocaba procesos de resistencia y
acumulación de fuerzas populares. Ahora el Imperialismo financiero
pone el énfasis en la invisibilidad y en la creación de una
subordinación consentida. No se sabe a ciencia cierta dónde ni
quién encarna el poder. La
tecnologia digital sobrepasa el modelo “democratico nacional”
yes geografica y desentralizada. Las redes tecnológicas son poderes
supra-nacionales sin domicilio fijo.
Describe
Adolfo Moreno: "Este grupo de corporaciones domina el mundo como
antes lo hicieron las potencias coloniales. Sin derramar sangre,
logran capturar miles de millones de "almas" su
pode reside en el algoritmo. Su
poder reside en el algoritmo.
Rosa
Miriam Elizalde lo llama Colonialismo
2.0. En
esta etapa, los
golpes de Estado y los magnicidios son reemplazados por revoluciones
de colores, golpes suaves y asesinatos encubiertos y selectivos
.
Las invasiones militares con ejércitos de bandera dejan su lugar a
ejércitos difusos y tropas mercenarias. La proscripción de partidos
y los prisioneros políticos han sido reemplazados por el lawfare,
el linchamiento mediático y el aislamiento de los líderes por la
propaganda. Las metrópolis imperiales vuelven a someter a las
antiguas colonias emancipadas, pero ahora merced a "la voluntad
de las urnas", "el clamor de los mercados" y el deseo
de los usuarios.
Una
simbiosis
gobierno-justicia-medios impone su propia realidad virtual
La
antigua división de poderes propia del Estado de Derecho se va
convirtiendo en una gestión monolítica de un poder homogéneo y
unificado. Las instituciones republicanas son cooptadas. Una
extraordinaria coordinación de acciones e intereses mancomunados
reemplaza las diferencias de criterio, las deliberaciones y los
contrapesos entre los diferentes poderes. Los noticieros crean
culpables para explicar el siempre creciente empeoramiento de las
condiciones de vida. Mediante un retorcimiento de leyes y
procedimientos, ciertos objetivos políticos son encarcelados en
procesos judiciales aberrantes y exhibidos como delincuentes en las
pantallas.
Se
profundiza la militarización y el Estado policial
A
la par que el lenguaje cotidiano de los medios glorifica la guerra y
la represión, se multiplican las leyes antiterroristas y los
dispositivos represivos. Una nube negra de exabruptos en boca de
presidentes y ministros advierte a los ciudadanos que las garantías
constitucionales y la presunción de inocencia son casi cosa del
pasado. Decretos y leyes especiales van configurando un estado de
excepción, donde las ejecuciones sumarias y la justicia por mano
propia son aplaudidas y alentadas.
La
TV vocifera consignas y señala culpables y enemigos. Se multiplican
los muros y se eliminan derechos. Las
negociaciones interclasistas son suprimidas y reemplazadas por un
facismo contractual,
donde los más fuertes imponen sus criterios sin contrapesos.
Se
avanza hacia el
voto
electrónico
En
las sociedades subalternas se tiende a encerrar el voto dentro del
espacio cibernético, pese a que cualquier tecnología electrónica
que suplante al voto manual, controlable por cada partido, conlleva
inseguridad, vulnerabilidad y posible distorsión de la voluntad
ciudadana. Los programadores globales intentan cerrar el cerco. Con
el control de los procesos electorales, la dictadura electrónica
consagraría el control total del sistema político. Boaventura de
Souza lo denomina Fraude 2.0.
El
Totalitarismo 2.0 aplica una combinación de ciencia y tecnología,
acompañada de una manipulación de las instituciones republicanas,
para normalizar el pasaje hacia un
regime politico de control centralizado, inadvertido por la
poblacion. Es,
como dice Boaventura, “la
muerte democratica de la democracia”.
por: Claudio
Fabian Guevara.