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sábado, 9 de febrero de 2013

Las calles de Viñac en eterno trabajo

La mañana se abre en Viñac. Es época de lluvia y a las seis de la mañana ya la niebla empieza a cubrir con su manto blanco. Aunque viene con fuerza, a veces con truenos, la lluvia es lo más sagrado. Gracias a ella hay siembra; la planta crece, como el maíz, la papa, el haba o las hortalizas. La lluvia, haciéndose "el loco" (el huaico), puede llevarse toda la siembra, acabar con la vida; pero, también, ella le da vida. Pronto convertirá en alfombra verde toda la zona. Los pobladores tendrán qué comer y les importará poquísimo lo que suceda en otras partes del planeta. Este es Víñac.

Esta imagen muestra la eficacia de la lluvia para abrir zanjas. Los tubos del desagüe se encuentran en la parte superficial. Se sabe que estas calles son transitadas por los animales como toros, vacas, caballos, burros, etc. y si los tubos están tan superficiales no soportarán el peso. Es decir, pueden hacerse orificios y convertirse en focos infecciosos, si se tratara de desagües; y si fuesen protectores de tubería de agua, por allí saldría el agua. En otras partes con mayor vigilancia estos tubos estarían, mínimo, 40 centimetros bajo tierra.

 Aquí el camión intentando driblear el atolladero. Así está la calle, con la esperanza que pronto tenga una nueva estructura, con canales de agua bien dirigidos, con piedras resistentes para camiones, volquetes y otros medios de transporte con menor o mayor peso.

En estos tiempos de lluvia, esta calle se convierte en un fango, charco, imposible para una caminata. Las veredas con la humedad y la tierra se vuelven resbaladizos. Los camiones también hacen un esfuerzo mayor para cruzarlas. 
Hace algunos años, la preocupación era tener caballo, mula, para trasladarse de un lugar a otro. Incluso daba nivel de comodidad ver los adornos en las monturas. Ahora, la movilidad de mayor uso es la moto lineal. Estos nuevos caballos de fuerza con mil monigotes adornados, sin sentir la inclemencia del tiempo, cruzan los lodos, soportan la lluvia y en cuestión de segundos te lleva de un lugar a otro. De estos nuevos caballos solo nos preocupa su poder de contaminación. No come pasto, pero mata con el monóxido.

Las calles de Viñac pronto quedarán empedrados. Así se dice, desde hace algún tiempo. No pongo los años para no verter la mala leche. Esto que parece riel es la base para colocar la piedra. La parte central quedará así, para que el agua corra su cauce respetando el tránsito peatonal y vehicular. Sin duda es una obra bien dirigida. Por lo menos, la plata del estado está llegando piedra a piedra.
En el estadio, se ha acumulado las piedras que estaban en la base de la iglesia antigua. Hay buena cantidad que cubre, incluso, el arco oeste de este antiguo y único estadio. Se dice que estas piedras servirán para ampliar el estadio. Ojalá sea así. El alcalde, a dos meses de su gestión, tiene previsto realizar esta obra. Algunos dicen que estas piedras han sido traídas desde lugares alejados por hombres mucho más fuertes y preocupados en el progreso de su pueblo. Si se contruye la tribuna del estadio, estas piedras, desde allí, verían los encuentros de los equipistas y se alegrarín o lamentarían del nivel futbolístico de los participantes.

Y se ve la iglesia sobresaliendo a las casas. No está tan alto e imponente como el antiguo, pero para la fe es irrelevante el tamaño. En esta construcción, en Lima, cumplió un papel importante William Madueño y algunos residentes que por intermedio de él aportaron su arenilla.
El asunto en la destrucción de la iglesia estuvo en perder una obra colonial, ahora solo quedan seis o más casas coloniales con paredes muy anchos y altos.

Así está Viñac.

1 comentario:

  1. Ah, esa es mi casa. Allí está la familia. Saludos a la distancia.

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Viñac

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